Grupo Prohibido: Un Sueño Hecho Música

En Little Rock, Arkansas, algo muy especial empezó a gestarse. Cesar Barajas, originario de Tecalitlán, Jalisco, y Oscar Gómez de Aguascalientes, México, ambos con experiencia en mariachi, compartían una visión diferente: querían algo más moderno, algo que se alejara de la tradición del mariachi y que tuviera un toque único. Querían fusionar los sonidos clásicos de la música mexicana con instrumentos más actuales, creando una propuesta fresca y emocionante para la comunidad latina de Arkansas.

Cesar, con su bagaje de mariachi desde joven, y Oscar, con la pasión de compartir la música de su tierra en Los Estados Unidos, decidieron formar Grupo Prohibido. De ser un par de músicos con grandes ideas, rápidamente se convirtieron en una sensación local. Lo que empezó como un dúo de guitarra y acordeon se transformó en algo mucho más grande. Su música, que incluía acordeón y otros instrumentos tradicionales, logró conectar no solo con los mexicanos, sino con cualquier persona dispuesta a disfrutar de una buena melodía y de un ritmo contagioso.

A medida que el grupo fue ganando popularidad, algo se sentía incompleto. La banda necesitaba algo más, una base sólida que sostuviera sus canciones y les diera una nueva dimensión. Ahí fue cuando conocieron a Jesús “Chuy” Frias, bajista y cantante originario de Atotonilco El Alto, Jalisco. La llegada de Chuy a Grupo Prohibido fue el empujón que necesitaban.

Con la incorporación de Chuy, Grupo Prohibido dejó de ser solo un dúo para convertirse en un grupo. Y con ello, su música cobró una nueva energía, una dinámica más completa que rápidamente atrapó al público. De pronto, sus conciertos se llenaban de gente que no solo los escuchaba, sino que se entregaba al ritmo, bailando y cantando con ellos. El grupo estaba en su mejor momento.

Pero aún faltaba algo crucial: el ritmo. Toda banda necesita un buen baterista, y fue en este punto que Baldemar Hernández, baterista de San Luis Potosí, Rio Verde, México, se unió a Grupo Prohibido. Su llegada fue la cereza en el pastel. La sección rítmica, ahora completa, permitió que la banda experimentara con nuevos estilos y sonidos, creando una atmósfera más intensa en cada show.

Lo que realmente hace especial a Grupo Prohibido es su vínculo con la comunidad. Desde el principio, la banda no solo ha tocado en escenarios, sino que se ha involucrado activamente en eventos benéficos, regalando su tiempo y talento a causas importantes. Han estado presentes en numerosos eventos pro bono, apoyando a organizaciones locales y siendo una fuente de inspiración para muchos. Yo mismo fui testigo de su generosidad al ayudar en diferentes causas, donde su música no solo hizo disfrutar, sino que también unió a la gente.

Con el paso de los años, Grupo Prohibido comenzó a crear música propia. De ser un homenaje a sus raíces, ahora sus canciones reflejaban su crecimiento personal y artístico. Fue entonces cuando decidieron dar un paso más grande al asociarse con “Acorde on Music” (La Fábrica de tus Sueños), un sello que les permitió llevar su música a más personas y seguir creciendo como artistas. Esta colaboración les abrió nuevas puertas, brindándoles la oportunidad de experimentar con nuevos sonidos y conectar con una audiencia aún mayor.

Hoy, Grupo Prohibido sigue creciendo y evolucionando. Con su música original, su nuevo enfoque y el respaldo de su comunidad, el grupo está más fuerte que nunca. Desde sus humildes comienzos en Little Rock hasta su actual asociación con “Acorde on Music”, su historia es un testimonio de esfuerzo, pasión y la capacidad de reinventarse. Lo que comenzó como una idea entre dos amigos se ha convertido en un fenómeno musical que, sin duda, seguirá dejando huella en la escena de la música regional mexicana.

Escrito por: Juan Inez Valdes